Megaconstelaciones de satélites: ¿un síndrome de Kessler cercano e inevitable? 🛰️

Publicado por Adrien,
Fuente: Science
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Desde 2019, el número de satélites activos se ha más que duplicado, alcanzando cerca de 11.700 en mayo de 2025. Las constelaciones de satélites, como Starlink de SpaceX, dominan este panorama espacial, representando más del 60% del total.


Los expertos estiman que la capacidad máxima de la órbita terrestre baja es de aproximadamente 100.000 satélites activos. Más allá de este número, el riesgo de colisiones y la creación de desechos espaciales en una reacción en cadena, el famoso síndrome de Kessler, podrían volver esta zona inutilizable. Este límite podría alcanzarse antes de 2050 al ritmo actual de lanzamientos.

Las megaconstelaciones también tienen consecuencias para la astronomía terrestre, interfiriendo con las observaciones ópticas y de radio. Las fugas electromagnéticas de los satélites de comunicación enmascaran las señales de objetos celestes distantes, comprometiendo ciertas investigaciones astronómicas.

El impacto ambiental de los lanzamientos y la desintegración de satélites en la atmósfera también genera preocupación. Las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación metálica podrían tener efectos aún poco comprendidos sobre la alta atmósfera terrestre.

¿Qué es el síndrome de Kessler?


El síndrome de Kessler describe un escenario donde la densidad de objetos en órbita terrestre baja se vuelve tan elevada que las colisiones entre ellos generan desechos adicionales. Estos desechos pueden a su vez provocar más colisiones, creando una reacción en cadena.

Este fenómeno podría volver inutilizables ciertas órbitas para satélites y misiones espaciales. Los científicos temen que tal situación limite severamente el acceso al espacio para las generaciones futuras.

Medidas para mitigar este riesgo incluyen el diseño de satélites capaces de desorbitarse al final de su vida útil y el desarrollo de tecnologías para limpiar los desechos existentes. Sin embargo, la cooperación internacional es esencial para implementar estas soluciones eficazmente.

¿Cómo afectan los satélites a la astronomía?


Los satélites, especialmente los de megaconstelaciones, reflejan la luz solar, creando estelas luminosas que pueden interferir con las observaciones astronómicas. Estas interferencias son particularmente problemáticas para los telescopios ópticos que estudian el cielo profundo.

Las emisiones radioeléctricas no intencionales de los satélites de comunicación también pueden interferir con las señales captadas por los radiotelescopios. Esto dificulta el estudio de fenómenos cósmicos distantes, como las ráfagas rápidas de radio o las galaxias primordiales.

Los astrónomos trabajan con los operadores de satélites para encontrar soluciones, como orientar los paneles solares para minimizar la reflexión o usar frecuencias de radio que no interfieran con las observaciones científicas. A pesar de estos esfuerzos, el creciente impacto de los satélites en la astronomía sigue siendo una preocupación mayor.
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