Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han descubierto una nueva clase de compuestos capaces de combatir el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), responsable de más de 10 000 muertes anuales en Estados Unidos. Su investigación, publicada en la revista Nature, demuestra la eficacia de estos compuestos tanto en cultivos de laboratorio como en modelos de ratones infectados. Estos compuestos también muestran baja toxicidad para las células humanas, lo que los convierte en valiosos candidatos para medicamentos.
Investigadores del MIT han utilizado una IA para descubrir compuestos capaces de eliminar al estafilococo dorado multirresistente, una bacteria mortal, a la vez que son seguros para las células humanas.
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Este éxito se basa en el uso del aprendizaje profundo, un tipo de inteligencia artificial, que permitió identificar estructuras químicas asociadas con actividad antimicrobiana entre millones de compuestos. Una innovación clave de este estudio es la capacidad de los investigadores para entender la información utilizada por el modelo de IA para predecir la potencia antibiótica de las moléculas, facilitando así el diseño de nuevos fármacos potencialmente más efectivos.
El proyecto Antibiotics-AI del MIT, liderado por James Collins, busca descubrir nuevas clases de antibióticos capaces de combatir siete tipos de bacterias mortales en un período de siete años. Los resultados prometedores de esta investigación abren perspectivas entusiasmantes para el desarrollo de tratamientos innovadores contra el estafilococo dorado multirresistente, una bacteria que causa infecciones de la piel o neumonías.
Los compuestos identificados parecen actuar interfiriendo con la capacidad de las bacterias para mantener un gradiente electroquímico esencial para muchas funciones celulares.
Los investigadores han compartido sus descubrimientos con Phare Bio, una organización sin ánimo de lucro, para profundizar en el análisis de las propiedades químicas y el uso clínico potencial de estos compuestos. Paralelamente, el laboratorio de James Collins continúa desarrollando candidatos a medicamentos adicionales, ilustrando el impacto transformador de la IA en el descubrimiento de nuevos antibióticos.